Ayer nos echamos un par de partidillas. Por la tarde estrenamos
Era de Conan, un juego recientemente adquirido de oferta en la dracotienda. Como es habitual en este tipo de juegos, la primera partida fue más larga de lo esperado debido a las requeridas explicaciones del juego. Sin embargo, una vez arrancado, la mecánica de juego es sencilla y una vez hechas una acción de cada tipo en seguida se coge el ritmo.
Para los que no lo conozcan, se trata de un juego de conquista, ya sea militar o económica, con el objetivo de ir acumulando puntos de imperio. El motor del juego es un grupo de 7 dados que se lanzan y permiten a los jugadores, por turnos, ir cogiendo uno y haciendo la acción indicada en el dado. Hay tres acciones y cada una de ellas tiene varias opciones, pero son similares. Básicamente puedes robar cartas que te permiten potenciar a tus unidades, crear unidades militares o emisarios y moverlos por el tablero o atacar con ellos.
Además, lo más interesante es la posibilidad de controlar al mismísimo Conan. El bárbaro, vaga por el mundo de hyboria corriendo sus aventuras y por allí donde pasa puede afectar a los conflictos en los que participan los jugadores, beneficiándoles en unas veces y perjudicándoles en otras.

Esta partida la jugamos RD, GB y un servidor. Durante los primeros turnos, RD cogió una buena ventaja que mantendría durante toda la primera era, de las tres que componen la duración de la partida. Por su parte GB se quedó atascado intentando conquistar una provincia lo que a la postre sería una gran desventaja que arrastraría durante toda la partida. Durante la segunda era y hasta la mitad de la tercera, RD perdió algo de fuelle. GB consiguió mantener el ritmo pero sin acortar mucha distancia. Por mi parte llegué a alcanzar a RD, enfrentándonos en una guerra de conquista militar salvaje y sanguinaria. Pero RD no había perdido el tiempo y lo aprovechó para ir acumulando tokens de aventuras, lo que le permitiría coronar a Conan como rey de su imperio. Esto fue lo que al final marcó la diferencia y por esos 3 puntitos, se llevó la partida.
Partida entretenida, aunque un pelín larga, por nuestra falta de experiencia. La siguiente será más reñida.
Por la noche, tras unas pizzas y un descansito, nos metimos en la piel de un sectario para llevar a cabo el festival de horror cósmico de
kingsport.
Al ser nuestra segunda partida, ya teníamos por la mano las mecánicas y todos fuimos a por faena.
En esta ocasión ya incluimos la carta de escenario, que le da un toque diferente a la partida y mejora la rejugabilidad del juego proporcionando las suficientes diferencias a cada partida como para que te tengas que replantear las estrategias. En esta ocasión, el dios número 3, que normalmente solo permite obtener un recurso de maldad o de muerte, permitía obtener ambos perdiendo 1 de cordura y además, permitía múltiples invocaciones. Esto nos hizo sobre explotar las invocaciones de este dios para aprovechar al máximo ese beneficio.

En esta partida, los tres fuimos de la mano en cuanto a conseguir avanzar el marcador de sectarios, pese a que nos expandimos por la ciudad de formas diferentes. Al final, el resultado estaba apretado pero GB se quedó un pelin rezagado y RD me llevaba 1 punto de victoria de ventaja al final del último turno. Sin embargo, al descubrir la carta de festival, la puntuación extra que otorgaba por diferentes recursos me permitió conseguir dos puntos más que RD y adelantarlo en un golpe de afortunado.
Buena partida, intensa y emocionante.